Autor: Josu Rekalde Izagirre UPV/EHU
Reflexionando desde lo inmutable a lo cambiante, desde la unidad a la pluralidad, desde lo inmóvil a lo móvil, el concepto de temporalidad va adquiriendo autonomía propia. El devenir temporal ha estado ligado al orden e inteligibilidad de lo real, como una lucha entre la memoria que congela el devenir y la realidad que fluye constantemente.
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La idea del tiempo es un concepto complejo, que está relacionada con
nuestra idea del devenir y con la percepción del movimiento, con el reflejo que
este movimiento tiene en el sistema visual. Por necesidades evolutivas la
percepción, de nuestra especie humana, prioriza
detectar el movimiento, necesita detectar urgentemente cualquier desplazamiento
en las proyecciones del campo visual. Con los medios tecnológicos actuales podemos
acceder a ampliar esas percepciones, consiguiendo traer a nuestro umbral
perceptivo movimientos que se escapaban a los márgenes de éste, por ser éstos
demasiado lentos, como puede ser el crecimiento de una planta, o demasiado rápidos
para nuestra percepción, como el desplazamiento de una bala al salir del
disparo.
Independientemente
de estos procesos perceptivos, cualquier referencia a lo temporal nos obliga a
remontarnos en la historia del pensamiento filosófico ya que en todas las
épocas de nuestra historia han sido innumerables los pensadores que, de una u
otra forma, han tratado el concepto temporal. De este modo, reflexionando desde
lo inmutable a lo cambiante, desde la unidad a la pluralidad, desde lo inmóvil
a lo móvil el concepto de temporalidad va adquiriendo autonomía propia.
Ejemplos:
Bill Viola
efecto Bullet Time
Ejemplos:
Bill Viola
efecto Bullet Time
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